8 de julio de 2011

Un día cualquiera....

Harcourt St.
Grafton St.

Quien diga que Dublín es una ciudad vibrante, cambiante y activa, tiene razón.
Y quien diga que Dublín es un remanso de paz, donde el tiempo parece que se detiene mientras recorres las calles, también.
Esta tarde, paseando por la archiconocida Grafton St., meca del shopping y un 'must' para todo aquel que quiera vivir en sus carnes el ritmo de la capital irlandesa, he ido agudizando el oído y me ha parecido escuchar como 6 idioma diferentes. Músicos, artistas callejeros, bandadas de estudiantes exrtanjeros, trendy teenagers', ejecutivos de toda raza y demás especies urbanas suben y bajan, recorren velozmente el corazón de la ciudad al tiempo que engullen un 'chicken wrap' por lunch.
Me alejo, dejo atrás el parque de St Stephen's Green, caminos tres minutos por Harcoutr Street hacia el sur...y no se oye un alma. Sólo de vez en cuando el tintineo del LUAS (tranvía Dublinés). Se acabaron los cafés abarrotados, ya no más hordas de paseantes, no hay música...na-da. Puede llevar a pensar que me he metido en una zona no muy recomendable, pero no; de hecho estoy en uno de los mejores distritos de la ciudad. Es increíble. En cuestión de minutos, he pasado del todo a la nada.

The Beginning

Pues que ya está. Lo he hecho. Aquí me hallo, recién aterrizada en Dublin (en realidad me he bajado de Citylink, una de las dos líneas de buses express junto con GoBus que conectan Galway con Dublin)
He pasado más de once meses viviendo en Galway, y tras un par de meses de 'ay, que sí, ay, que no', he decidido dar el salto a la gran ciudad. ¿Por qué? La verdad que aún no lo sé. Puede que sea mi incesante búsqueda de la perfección (el lugar perfecto donde vivir, el trabajo perfecto que no me agobie la cabeza...), o puede que fuese la necesidad de un poco de ácción' en mi vida.
Galway es una ciudad maravillosa, y tampoco es en exceso tranquila en cuanto a eventos se refiere. De hecho, está a punto de comenzar el Galway Arts Festival, uno de los grandes eventos culturales del país. Pasacalles, música, teatro y literatura se combinas durante una semana para hacer las delicias de locales y foráneos.
Pero yo como que necesitaba algo más. Ruido de coches, gente arriba y abajo....semáforos!! En Galway en la mayoría de los cruces no hay semáforos; el ritmo de vida es tan pausado y la gente tan tranquila, que ni siquiera hacen falta.
Así que aquí estoy. En el enorme hall de un hostel que reservé ayer mismo por Internet. Con un constipado que no me deja casi ni respirar, pero con los pulmones llenos de aire para soplar con fuerza en esta ciudad :)